domingo, 10 de mayo de 2009

Guerra De Los Cien Años



Introducción:
La llamada Guerra de los Cien Años fue una prolongada serie de conflictos armados entre los reyes de Francia y los de Inglaterra que duraron en realidad 116 años, 61 años de guerra y 55 de tregua (1337-1453). Esta guerra fue de origen puramente sucesorio y feudal, pues su propósito no era otro que definir quién sucedería a la rama principal de los Capeto (extinta en 1328), los Valois o los Plantagenet, y quién controlaría las enormes posesiones que los monarcas ingleses tenían en territorios franceses desde 1154, debido al ascenso al trono inglés de Enrique Plantagenet.

Tuvo implicaciones internacionales, con la participación de Castilla. Finalmente y después de innumerables avatares, se saldó con una victoria francesa y la retirada inglesa del continente con la excepción de Calais, que permanecerá en manos inglesas hasta 1558

Inicios de la guerra: La rivalidad entre Francia e Inglaterra había comenzado ya en tiempos de o Guillermo el Bastardo se adueñara de Inglaterra la Batalla de Hastings, en la que el duque francés Guillermo de Normandía Guillermo el Conquistador1066.Los normandos eran reyes de una gran nación, y exigían al rey francés ser tratados en consecuencia. Pero el punto de vista de Francia no era el mismo. Los duques de Normandía siempre habían sido sus vasallos, y el hecho de que hubiesen ascendido de su ducado a un alto trono en un país "lejano" no tenía por qué cambiar su sumisión tradicional a la corona de París.

Primeras escaramuzas: A mediados del siglo XII, los monarcas ingleses descendientes de los duques normandos fueron reemplazados, por matrimonio, por la dinastía francesa de los Plantagenet, condes de Anjou, que también poseían otros grandes territorios en el oeste y sudoeste de Francia. Tras el matrimonio de Enrique II de Inglaterra con Leonor de Aquitania llegaron a ser más poderosos que los propios reyes francos. A la muerte de Enrique lo sucedió Ricardo conocido como Ricardo Corazon de León pero éste murió el 25 de marzo de 1199; entonces ascendió al trono su hermano, el hijo menor de Enrique II de Inglaterra, Juan conocido como Juan sin Tierra, muy débil, que no fue capaz de mantener los territorios de su padre. El rey de Francia Felipe II Augusto, invadió partes de sus territorios en una gran ofensiva que Juan no pudo rechazar. En 1204, Francia invadió Normandía y se quedó con todas las posesiones inglesas en tierras continentales, a excepción de Burdeos y Guyena, situadas en Aquitania, al oeste del reino. Por ello, los barones ingleses se reunieron con Juan sin Tierra en Runnymede, cerca de Londres, y el 15 de junio de 1215, sellaron la llamada Carta Magna.

La guerra: Los hijos de Felipe el Hermoso Luis, Felipe y Carlos tenían una hermana llamada Isabel la Loba de Francia, que era madre de Eduardo III de Inglaterra. El joven rey, de tan sólo dieciséis años, pretendió reclamar su derecho al trono de Francia apelando a esta circunstancia. Muertos sus tres tíos sin herederos, y muerto su primo siendo un infante, argumentó que la corona francesa debía pasar a su madre y, a través de ella, a su propia persona.

Buena parte de los franceses no estaban de acuerdo e invocaron la Ley Sálica, que impedía la transmisión de la corona a través de la línea femenina. Para evitar que Inglaterra gobernase Francia, decidieron que la corona vacante pasase al hermano menor de Felipe el Hermoso y tío de Luis, Felipe V y Carlos, Carlos de Valois. Pero corría 1328, y Carlos había muerto tres años antes. De ese modo, según la tradición francesa, heredaba la corona su hijo, Felipe de Valois, bajo el nombre de Felipe VI. Este es el primer monarca de la dinastía Valois. Entonces el orgulloso Felipe reclamó a Eduardo que le rindiera y pagase el debido homenaje por las posesiones que aún conservaba en Francia.

El fin de la guerra y la victoria de Francia: Las reformas y mejoras realizadas por Carlos VII rindieron sus frutos: lentamente la presión francesa comenzó a hacer retroceder al enemigo y fue poniendo sitio y reconquistando, paso a paso, todas las posesiones inglesas en tierra francesa. Sin el apoyo borgoñón, los ingleses debieron entregar Normandía en 1450 y la preciada Aquitania en 1453. Para ese año, que hoy se considera el del final de la guerra, la única posesión que se permitió conservar a los ingleses fue la ciudad costera de Calais. Una vez desaparecidos los motivos del conflicto, la guerra terminó silenciosamente. Ni siquiera se firmó un tratado que certificara la paz añorada pero nunca alcanzada durante más de un siglo. Los reyes de Inglaterra siguieron reivindicando sus derechos a la corona de Francia, pero ya no de una manera efectiva, ni siquiera a la hora de negociar tratados internacionales.


Johanna Oñate

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